¿Cómo no van a estigmatizar San Isidro?. Si uno lee lo que escriben algunos vecinos y su particular visión del distrito, no hay dudas de porqué se estigmatiza tanto a la ciudad. Si bien hay características puntuales en la forma de vida de los sanisidrenses, como algunos de ellos las explican, no hacen más que sumar más estigmatizaciones al distrito. Veamos que escribió hoy, en la contratapa de La Nación Carlos Raymundo Roberts (de la Redacción del diario):
..."creía que San Isidro era verde, era espacio, era sol y era una pileta en el fondo del jardín. Creía que eran miles de liquidámbar estallando en rojos, púrpuras y dorados, y las extraordinarias hojas de un Ginkgo biloba -milenario árbol de origen chino, dicen- tiñendo de amarillo el jardín de mi primera casa"...
Aquí lo mejor: "Con perdón, San Isidro es una cultura. No es una forma de ser: es una forma de vivir. Es familias grandes, es iglesias llenas, es amigos a toda hora, es asados y es fiestas en las casas. Es la solidaridad manifestada de mil formas. Es la exaltación del deporte, es calles con chicos, es estar bien vestidos con bermudas y alpargatas. Los que no son de aquí dicen que tenemos un sello, y no me animo a pedir precisiones. Pero hay que entendernos: San Isidro es una enfermedad. San Isidro provoca adicción. Sabemos que allá, afuera, hay vida, pero es otra vida. Este es el lugar que elegimos para vivir y para morir, y además creemos que es el único sitio donde no hace falta morir para dormir en paz".
Y después se preguntan de dónde saca Fernando Peña sus personajes. Si éso lo lee Martín Revoira Lynch, se divierte un buen rato.
martes, 17 de octubre de 2006
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